jueves, 27 de noviembre de 2008

De vuelta... con sentimientos adolescentes


Hola. Desaparecí por trescientos millones de años, pero ahora he vuelto de manera rápida. Quienes me conocen saben que he andado ocupado por la obra El ladrón de tiempo, que ahora se ha quedado descansando por tiempo indefinido, después de habernos presentado en la UNAM, el Teatro de la Paz y en Matehuala. Así que no sabremos de Dorian pronto.

Pero uno que no deja de trabajar y en especial cuando uno no puede dejar estas cosas, sigue en todo lo que puede. Es así que ahora asisto en la dirección de la obra de teatro Necropsia para un sólo encanto, de Juan José Campos, que se presentará el próximo miércoles 3 de diciembre, en el patio del Palacio Municipal. Por lo que espero que asistan.

También he estado trabajando en el proyecto elemental de este semestre, que es el nuevo cortometraje, que se ha titulado "El naranjo". Y con el corto sí he estado blogueando, pero a través de la página www.haciendouncorto.tk Están invitados a conocerla y ver el proceso de un trabajo como éste. Espero que lo sigan, pues descuidaré este blog por andar en el otro.

La vida sigue y la vida es rara, las cosas que pasan a veces no son ideales, otras sí lo son... hoy me salió esto... por cosas, por cosas... a ver qué pasa...

Adolescencia
de Omar Flores Sarabia

Avanzamos del suspiro al recuerdo.
Volvimos a lo que estuvo perdido y quiso ser encontrado.
Te encontré en el mundo monocromático.
Te invité a mi mundo, esperando darle sentido.
Aceptaste la invitación, pero te quedaste en la puerta.
Avanzamos del aire frío, al aire que no pudo ser respirado.

Avanzamos, yo te tomaba de la mano.
Avanzamos, yo pensé en acercar mis labios.
Avanzamos, y no sé si estoy equivocado.
Avanzamos, y no sé cuánto he callado.
Avanzamos, y quisiera poder volver al pasado.
Avanzamos, y me doy cuenta que te quedaste en el camino.

Avanzamos en mis carreras con el destino.
Devolviste la sonrisa que lucha por no ser olvidada.
Cantaste la canción que necesitaba ser recitada.
Te construí un paraje, te di mi regalo.
Te convertí en algo para que cruzaras la puerta.
Avanzamos, pero decidiste que no pasarías a través de ella.

Avanzamos y me gustaría perdonarte.
Avanzamos y quisiera ser capaz de olvidarte.
Avanzamos y me doy cuenta que esta historia es hilarante.
Avanzamos y me señalas un presente al que no pertenezco.
Avanzamos, miro hacia atrás y ya no te veo.
Avanzo y tengo la esperanza de que, algún día, exista tu regreso.